El poeta Salvadoreño, Roque Dalton escribió hace muchos años un poema al cual llamo “poema de amor” donde describe a los Salvadoreños, en uno de sus párrafos dice “los siempre sospechosos de todo (me permito remitirle al interfecto por esquinero sospecho con el agravante de ser salvadoreño)” lo describe de una forma universal, en ese entonces los Gobiernos Militares habían promovido la famosa “ley de la vagancia” que tenía como objetivo reclutar a los jóvenes que se reunían en las esquinas de los barrios, colonias y cantones más populares, para jugar, conversar y divertirse, pero, para los militares ellos eran vagos, ladrones, estafadores y delincuentes, así los veían, por el simple hecho de ser pobres, humildes, obreros, campesinos y por supuesto salvadoreños.
El señor presidente, Nayib Bukele (con mucho respeto, porque a mí, mi familia si me enseñó a respetar a los demás) se refirió a nosotros como “los de aquella esquina” con toda la intención de hacernos ver mal y que la población se burlara de nosotros “la minoría, los pequeños” y no le bastó, insinuó que nosotros somos ladrones ¡Valgame Dios! También mis padres me enseñaron a trabajar y ganarme el dinero de forma honrada, se le olvido que los corruptos de ARENA están en GANA, los que recibieron sobre sueldos y maletines negros de parte del ex presidente Mauricio Funes, partido, señor presidente Bukele, con el que usted ganó las elecciones presidenciales hace dos años, exactamente. Yo, Silvia Ostorga de Escobar, soy diputada de ARENA desde el año 2012, en ese tiempo usted ganó también la Alcaldía de Nuevo Cuscatlán, La Libertad, con el partido FMLN, donde usted nació como político.
¡Empezamos en política al mismo tiempo, en el 2012 fue mi primer periodo de diputada!
Así que no, no me hacen sentir mal, diciendo que soy “de la esquina” porque en las esquinas de todo El Salvador, se reúnen gente honesta, honrada y conviven de forma pacífica, gracias a derechos fundamentales como la “la libertad y asociación” que se conquistaron con mucho esfuerzo y se plasmaron en la Constitución de la República, que usted juro respetar y cumplir.
En una Esquina de Juayua, tomando café con el pueblo. Porque en las esquinas de los pueblos, también venden los emprendedores.
Soy de la esquina a mucha honra, soy una mujer honesta y trabajadora, fiel defensora la democracia. Soy de la esquina de la dignidad, verdad, transparencia y honestidad. La esquina que no se vende y que no se deja intimidar por la matoneria del momento.
La esquina, en la que vamos a dar la batalla hasta el final, defendiendo la República de El Salvador.
Con mucho respeto, Silvia Ostorga de Escobar.
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